Por Jorge Ilegal
«La caja negra es un disco bandolero; Héctor Tuya roba con solvencia, gracia y desparpajo. Rompe las hostilidades con “Amour fou”. En ópera monstruosa, es fácil y útil deslizarse hasta “El Veneno”, entre elementos de reconocibles procedencias. ¿Pero no es el hecho cultural un apropiarse de distintos elementos y proporcionarles nuevas vidas y funciones?, pues bien; “La caja negra” es un disco en extremo culto, pero no se alarmen; hay en el material tremendamente valioso. A poco que se agudicen los sentidos se percibe un retrato desenvuelto de la inobediencia; academia de maldad y escuela de lascivia. Bienvenidos a las travesuras y picardías, a las cuchilladas y alborotos, y finalmente, a la cátedra de honor y cortesía que hace que todo ello sea digerible. Te saludamos y recibimos, noble Héctor, en el Paraíso de Los Forajidos».
Por Kike Suárez “Babas”
“Era joven y estaba ciego de amor”… Estas palabras, que parecen el epitafio de un suicida romántico, son las
primeras que salen de Héctor Tuya para hablar de su primer disco en solitario La Caja Negra. Y es que, cuando el amor se desmigaja entre las manos y las contradicciones afloran en el zozobrante corazón, es momento de coger entre las manos una guitarra y grabar las canciones que nacen en ese cementerio de besos.
Así, desde ese desgarro sentimental, Héctor se estrena con un apabullante disco de rock de autor, el inefable trabajo de un hombre que, como él mismo confiesa, nunca pierde; un perro de lluvia que le ladra a una luna poluta y manchada de monóxido, y que puebla sus canciones de mujeres tan dulces como peligrosas, condiciones esenciales de cualquier adicción. Porque adictivos se tornan cada uno de estos 12+1 temas paridos por un corazón recosido que se las apaña para bombear creando rock’n’roll sólido y emocional que acompaña con poderosas imágenes de una lírica de pulso firme: sí, aquí se escribe con sangre… En un mundo más justo “Virgen de los peligros” sería el hit obligado para bailar el despecho.
Evidentemente un trabajo así no puede salir de la nada, Héctor tiene sobradas tablas tanto en los escenarios como en las peceras de los estudios de grabación. Como músico viene grabando discos desde que empezase a mediados de los noventa con Babylon Chat, aquellos New York Dolls asturianos de los que fuese guitarrista y, ya en la última etapa de la banda, también cantante. Posteriormente vino un periodo madrileño con Tuya ejerciendo de productor al frente de los estudios Bailén 37 (por donde pasaron Alfa, Pablo Galiano y Garaje Jack, entre otros muchos). No extraña pues el control que el autor y productor tiene del tempo y el pulso del trabajo, sabiendo dejar el sabio espacio que las canciones piden para respirar, y donde cada cosa suena en su sitio, con un sonido contemporáneo pero de recio sabor añejo.
Afincado de nuevo en su natal Patria Querida, Tuya termina de pergeñar La Caja Negra y para la noble tarea se rodea de un elenco de músicos de lujo entre los que destacan Pablo Serrano a la batería (Ariel Rot, Cabriolets), Luís Rodríguez al bajo (León Benavente, Nacho Vegas), Jacobo de Miguel (reconocido pianista de jazz astur), Mike Vergara al piano (guitarrista/pianista de Ilegales y hermano menor de Héctor), Cristina Gestido a la viola (Sting) y el brillante multi-instrumentista Miguel Herrero a la batería, el bajo, el melotrón, el hammond, la trompeta y las percusiones. Por los demás, el propio Héctor se encarga de la voz principal y todas las guitarras eléctricas, acústicas y españolas, amén de pandereta, armónica y arpa de boca. También, con habilidosa discreción, en La Caja Negra brillan las colaboraciones de Fee Reega (Nacho Vegas) -coros en “Lis en el tejado”-, Begoña Larrañaga -acordeón en “Lis en el tejado”-, César Pop -piano en “Frío en el cielo” y acordeón en “El veneno”-, Alfredo González -voz en “Mi generación”-, Rubén Pozo -guitarra en “Yo tengo algo”-, y Borja García de AltoVolto -guitarra en “Adicto a Lis”-.
Desde luego La Caja Negra cumple de manera formidable con su función de registrar la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina que permiten analizar lo ocurrido en los momentos previos al accidente. Y es en ese secreto donde nos encontramos con Héctor Tuya, un tipo que hace suya la tarantela del clochard; que capitanea una embarcación que navega del Manzanares al Sena pasando por el Támesis; que sentado a la derecha del padre Waits tiene el rabillo del ojo puesto en el cabaret centroeuropeo; que sabe de lo canalla como sabían Los Rodríguez; que entiende por romántico aquello que inventó Pepe Risi; que habita el mismo lugar de la estantería que Quique González, El Capitán Cobarde y Lichis… Efectivamente: bocatto di cardinale, háganle el hueco.
Kike Suárez “Babas”
Músico, escritor, colaborador de Rolling Stone
Héctor Tuya presentará «La caja negra», a partir de febrero de 2017, en una gira apoyada por la FNAC que le llevará por toda España.